Ahorrar en el número de emisiones y ahorrar, económicamente hablando. Son las dos caras positivas que trae consigo ser ecológico y tener conciencia a la hora de reciclar.
Este doble ahorro lo podemos poner en práctica en nuestro hogar en el día a día.
Para empezar, podemos hacerlo en la luz, el agua y el gas. Simplemente se trata de llevar a cabo un consumo lógico y racional, siendo cuidadosos en acciones tan cotidianas como consumir electricidad de manera responsable, apagando aquellos aparatos que no se utilicen.
El agua, ese oro líquido que a veces derrochamos innecesariamente. Prestar atención a no darse duchas excesivamente largas, y a tener los grifos cerrados a la hora de enjabonarse o cepillarse los dientes.
La elección de los electrodomésticos también es clave para poder ahorrar en el hogar. Por ejemploun frigorífico calificado con A+++ es más eficiente y por lo tanto ahorra más energía. Aunque inicialmente suponga una inversión algo mayor, a la larga, el bolsillo lo notará favorablemente, al igual que el medio ambiente.
También es recomendable invertir en un sistema de iluminación con bombillas de bajo consumo o incluso leds o fluorescentes.
Poco a poco, y desde las acciones más cotidianas, podemos empezar a ser más respetuosos con el medio ambiente. Y además, nuestro bolsillo, lo agradecerá.