La huella ecológica es un indicador ambiental que permite medir y evaluar el impacto sobre el Planeta de una determinada forma de vida en relación a la capacidad de la naturaleza para renovar los recursos al servicio de la humanidad.
El objetivo de esta herramienta, es que los seres humanos identifiquen y corrijan aquellas acciones que no contribuyen a un estilo de vida sostenible.
De la misma forma que al caminar se deja una huella, el modo de vida de cada uno deja una huella ecológica, es decir, provoca un impacto ambiental determinado.
A la hora de realizar el cálculo de la huella ecológica, primero se decide si se quiere estudiar la huella ecológica de una persona o de una familia, una ciudad, un país.
El siguiente paso es calcular el consumo de energía, alimentos, materias primas y suelo de esa unidad de población elegida. Lo más difícil es saber la superficie de terreno necesaria para producir el resultado del paso anterior. Para ello se utilizan unas tablas estandarizadas.
Y por último, se suman todas las superficies, y el resultado se divide por el número de habitantes o la unidad seleccionada.